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Ferreras se inmola

Samuel Armijo // @desdelabarrera

 
El Real Jaén ha tocado fondo como equipo de fútbol. Las derrotas en Motril o Marbella apuntaban a una debacle sin marcha atrás y las señales que emitía el por entonces conjunto de Arsenal se han confirmado tras el partido frente al filial almeriense. 

Un equipo no puede defender peor, no puede estar peor estructurado en el campo y no puede conformarse de manera tan poco uniforme. Presa queda en muy mal lugar después de que sus fichajes no hayan mejorado en nada a la plantilla, sólo la portería se ha visto beneficiada por la mano del director deportivo. 

El partido del pasado lunes desnuda toda la planificación blanca. Sin recambios en el centro de la defensa con la baja médica de Espín, sin alternativas en los dos laterales y con los tres delanteros centros en el banquillo y en la grada. El plantel que confeccionó Juan Arsenal tenía la coartada de la delicada situación pero nadie puede entender que Fomento y Promoción no haya puesto solución habiendo llegado en la jornada uno. Los jugadores que han llegado, y son muchos, son respuesta a la negativa de otros de mayor nivel que, según el club, no han querido firmar un cheque en blanco para jugar en La Victoria.  

Toni Lechuga, Mous, Espín, Jose Carlos, Hoyos, Zaki, Adri, Abanga... son nombres traídos por Presa, más Pituli o Lozano que fueron jugadores pretendidos anteriormente por Arsenal. Rechina especialmente que David Moreno tenga que seguir siendo el delantero centro titular después de tres fichajes: el fracaso es rotundo. A la nómina de empleados de la plantilla hay que sumar al técnico Ferreras. 

Precisamente en él se puso la esperanza blanca tras la marcha del anterior entrenador pero el partido ante el Almería b evidencia que en nada ha mejorado la labor del de Hellín. Un equipo que pelea por salir por los puestos de abajo y juega frente a un rival superior debe manejar códigos básicos de no agresión a la confianza del grupo. Jugar fácil, pases de seguridad, evitar la salida por dentro y no poner en peligro el ya dañado ecosistema blanco. Un entrenador debe potenciar las virtudes de sus jugadores y minimizar las carencias y si en la primera jugada de la segunda mitad el portero juega a la frontal con Lozano y se vuelve a perder la pelota es que en el descanso no se ha reparado nada. 

El Real Jaén carece de total sentido defensivo así que esa faceta hay que saciarla por acumulación de jugadores, ayudas continuas y pocas zonas que cubrir. Ferreras tenía muy sencillo situar a su equipo en bloque bajo, líneas muy juntas y aprovechar algún espacio para la velocidad de Lozano y Montiel pero el técnico hizo todo lo contrario y se pegó un tiro en el pie concediendo terreno y regalos a los delanteros visitantes. Ningún aficionado de La Victoria podría asustarse ya si un entrenador recurre a esa manera de proceder ante un rival que es mejor. 

Adama, en cambio, sigue siendo de lo más destacado en el plano positivo. Es el jugador que mejor ataca las zonas de remate, entiende y se extiende por todos los puntos del terreno y encarna como pocos el coraje que un jugador del Real Jaén debe mostrar en una situación así. Todo lo contrario que muchos de sus compañeros que veían desde lejos los reclamos de Fran Moreno en el último tanto almeriense. 

El propio canterano había cometido errores groseros durante el partido, los porteros, los centrales, Moha incluso Lozano en dos ocasiones pero hay algo poco negociable, y a lo que me gusta recurrir poco, y es la falta de implicación que quedó expuesta en los minutos finales del  encuentro. 

Ferreras tiene mucho trabajo por delante esta semana: devolver la confianza al grupo, dotar de un sistema lógico al equipo y darle a su futbolista lo que necesita y se me ocurre todo menos un balón que queme en los pies.


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