El libro verde amarelo
Samuel Armijo // @desdelabarrera Con 29 años recién cumplidos, Pedro Henrique Nogueira Beda afronta el tramo más decisivo de la temporada con, sin duda, historia por hacer. Su trayectoria futbolística invita a pensar que llegada su plenitud está en el momento y lugar idóneo para escribir con letra cursiva y adornada una hoja del libro del fútbol. Beda, con casi toda su participación en Segunda División B, quiere rescatar esa categoría no sólo para quedarse sino para mirar hacia arriba. Su fichaje por el Real Jaén lo convirtió en ese delantero que la afición estaba esperando desde principio de campaña. Él firmó por el histórico de blanco no sólo para ascenderlo de Tercera sino para darle forma a esa página que todo jugador quiere dejar impresa como legado. No viene a un club cualquiera. Aunque a Montes le guste cazar sólo en punta seguro que repartir con Pedro los golpes en coto reservado lo agradece. Al canarinho le gusta moverse y actuar por todo el frente de ataque como vimos frente al Almería B el pasado domingo. Cae a derecha, a izquierda y recibe de espaldas en la azotea del balcón del área para girar y golpear. Su juego deja más trabajo que vistosidad, incluso mejor colaboración que gol. Su Campo Grande natal seguro que desveló a este brasileño como a tantos otros para salir de la rutina y ser alumbrado bajo el paraguas del Rivaldo y Ronaldo de la época. Porque no todo es Mundial para su familia y para sus compatriotas.
Pedro Beda quiere ir de tapado en esos corrillos de tabernas que apuntan a Migue Montes como autor de un posible gol de ascenso. Lucena, Lealtad y Boiro en varias ocasiones son síntoma de que el delantero deja huella allá por donde va. Un regreso, incluso a donde se es profeta, nunca es sencillo. Después Villanovense y el reto del RJ con el hándicap de ser la única alternativa al gol con Luizinho aún “que viene, que viene”.
Que el punta en cuestión sea relevante la próxima campaña para el club en su mano, o mejor en sus pies, está. Decía aquel que matadores hay muchos pero toreros, pocos. Pero para que exista arte debe haber ratos muertos y esos ratos hay que llenarlos simplemente de gol y trabajo. Estamos en el caso.
Sin media, el RJ acentúa su poder en los cuatro de cierre y en las opciones de ataque. Armero es básico para facilitar la llegada de Higinio a línea de fondo y Beda es fundamental para aclarar el remate a Montes. Es eso. En Brasil esperan noticias de un ascenso y de un jugador a incluir en el libro de meritorios amarillos porque, aunque estemos en 2018, no todo es Mundial.
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