ESPECIAL DESDE LA BARRERA|| Un partido de tres puntos
Samuel Armijo // @desdelabarrera
Su figura brillaba allá por 1976 en la Costa del sol cuando el equipo de su ciudad pasaba por algunos de los mejores momentos de su historia con Blas Machado a la cabeza. Higinio Vilches pronto volvería a la capital de España para intentar mostrar su valía en el Atlético de Madrid, lo que le permitió convertirse en la bandera de la Gimnástica de Tarragona en Segunda División. En la primavera del 80 el RCD Español echó las redes sobre este Pescador para convertirlo en el capitán de su barco en la media.
Sólo las malditas lesiones le apartaron a la tierra del carnaval para poner casta y calidad al aire de poniente. De amarillo al blanco y tiro porque me toca. A Jaén no vino a retirarse sino a agarrar a ese escudo por la corona y zarandearlo como a las pretensiones de Juan Lucena. Higinio era el presidente, el entrenador, el capitán y hasta el blanco nuclear de su camiseta. Probó la Tercera, igual, para mostrarle el camino a su hijo 30 años después, con el mismo brazalete guardado cuidadosamente en el cajón.
La etapa por la presidencia quedó marcada por su "el Real Jaén se lleva con la..." pero, claro, sin despistes que saquen del camino el porvenir económico de la entidad. Hartazgo y asco para alguien que no concibe echarse un duro al bolsillo sin su nombre y apellidos.
En la Vieja Victoria le llama a voces su sitio en la media, en la Nueva, su butaca en tribuna junto a Hidalgo y este plumilla le espera impacientemente con un café desdelabarrera en la mano.
Higinio, lo fácil sería argumentar que, éste, es el partido de su vida pero, tratándose de usted y de su corazón, creo que sólo son tres puntos.
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