Francisco Rosa "Poco toro para tanto torero"
Francisco Rosa // @frahan21
Ese podría ser perfectamente el resumen de lo visto en el albero del Nuevo La Victoria el pasado domingo. Un toro que resultó ser vaquilla y que no pudo con las 2.000 almas que, juntas, empalamos ese balón que Rivera mandó a la red. Buena jugada la del equipo del homenajeado Salva, centro desde la derecha de Armero, despeja Darío, Juanan, algo retrasado, no llega a despejar; Jony, poste y gol. El toro, moribundo, hincaba rodilla.
Pero agua pasada no mueve molinos y nuestros molinos pasan ahora por Maracena. Con muchas bajas pero con nuestras armas de siempre: equipo, unión, y ganas de revertir la historia (y quién sabe si algún fichaje).
Estar en el barro te hace observar los objetivos desde una perspectiva distinta, ni mejor, ni peor, simplemente distinta, como el moribundo que sonríe con un simple amanecer. Maracena es ahora nuestra final de Champions League, la próxima, si es que hay, en horario de Champions League de verdad (y de gin-tonic).
20 partidos para conseguir, pasito a pasito y con humildad, un objetivo que nos permita soñar con ser lo que un día fuimos, y, no lo duden, volveremos a ser. Vienen días de gloria, disfrutemos.
Ese podría ser perfectamente el resumen de lo visto en el albero del Nuevo La Victoria el pasado domingo. Un toro que resultó ser vaquilla y que no pudo con las 2.000 almas que, juntas, empalamos ese balón que Rivera mandó a la red. Buena jugada la del equipo del homenajeado Salva, centro desde la derecha de Armero, despeja Darío, Juanan, algo retrasado, no llega a despejar; Jony, poste y gol. El toro, moribundo, hincaba rodilla.
Pero agua pasada no mueve molinos y nuestros molinos pasan ahora por Maracena. Con muchas bajas pero con nuestras armas de siempre: equipo, unión, y ganas de revertir la historia (y quién sabe si algún fichaje).
Estar en el barro te hace observar los objetivos desde una perspectiva distinta, ni mejor, ni peor, simplemente distinta, como el moribundo que sonríe con un simple amanecer. Maracena es ahora nuestra final de Champions League, la próxima, si es que hay, en horario de Champions League de verdad (y de gin-tonic).
20 partidos para conseguir, pasito a pasito y con humildad, un objetivo que nos permita soñar con ser lo que un día fuimos, y, no lo duden, volveremos a ser. Vienen días de gloria, disfrutemos.
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