Samuel Armijo "Repetimos"
Samuel Armijo // @Desdelabarrera
Migue Montes nunca podría imaginar marcar el gol del ascenso aquella tarde frente al Huracán. Solo su fe y su hambre le hicieron no derrumbarse en esa carrera dentro del área y solo su corazón le permitió golpear esa pelota todavía no se con qué parte del cuerpo.
Veintiocho años antes Pozo Alcón alumbró a uno de sus más ilustres vecinos debatiéndose entre la Sierra de Cazorla y los aires de Granada. Todo niño que juegue en la provincia debe soñar con el Real Jaén, piensa y puede ser por experiencia propia. Siendo juvenil aceptó la cercanía de Baza y apostó después por la ciudad de la cerámica como tantos otros. Villarreal, Granada en las tinieblas y club por temporada para aterrizar en el RJ en su primera etapa.
Como él mismo reconoce esa plantilla no tenía techo ascenso pero bien afirma Blas Machado: "la unión es la clave de un vestuario". Eso y picos de calidad en un plantel que llegó justo pero a tiempo al ascenso.
Migue Montes no hace prisioneros y para ello dibuja un único punta para enlazar con un llegador que aproveche su trabajo de peón.
Mejora su entorno y sabe como nadie que en Jaén aunque la mona se vista de seda, mona se queda. Entre el equipo y la ciudad sólo hay un velo transparente donde no caben ni engaños ni amagos.
Delantero fuerte y flexible, presume de ser el máximo asistente de la plantilla y agiganta su espalda con el nueve colgado para avisar a la futura competencia que viene a la selva. "Si a Suárez le traen a uno de su nivel sólo le queda trabajar". No asiente si excluyes a su equipo del primer puesto y si este loco mercado le permite seguir jugando en La Victoria pero como local no se concibe una fase de ascenso sin él como primer espada.
A un toque es letal y no tiene la más mínima intención de ser Poulidor en los partidos decisivos. Migue Montes. Gol de ascenso. Repetimos.
Migue Montes nunca podría imaginar marcar el gol del ascenso aquella tarde frente al Huracán. Solo su fe y su hambre le hicieron no derrumbarse en esa carrera dentro del área y solo su corazón le permitió golpear esa pelota todavía no se con qué parte del cuerpo.
Veintiocho años antes Pozo Alcón alumbró a uno de sus más ilustres vecinos debatiéndose entre la Sierra de Cazorla y los aires de Granada. Todo niño que juegue en la provincia debe soñar con el Real Jaén, piensa y puede ser por experiencia propia. Siendo juvenil aceptó la cercanía de Baza y apostó después por la ciudad de la cerámica como tantos otros. Villarreal, Granada en las tinieblas y club por temporada para aterrizar en el RJ en su primera etapa.
Como él mismo reconoce esa plantilla no tenía techo ascenso pero bien afirma Blas Machado: "la unión es la clave de un vestuario". Eso y picos de calidad en un plantel que llegó justo pero a tiempo al ascenso.
Migue Montes no hace prisioneros y para ello dibuja un único punta para enlazar con un llegador que aproveche su trabajo de peón.
Mejora su entorno y sabe como nadie que en Jaén aunque la mona se vista de seda, mona se queda. Entre el equipo y la ciudad sólo hay un velo transparente donde no caben ni engaños ni amagos.
Delantero fuerte y flexible, presume de ser el máximo asistente de la plantilla y agiganta su espalda con el nueve colgado para avisar a la futura competencia que viene a la selva. "Si a Suárez le traen a uno de su nivel sólo le queda trabajar". No asiente si excluyes a su equipo del primer puesto y si este loco mercado le permite seguir jugando en La Victoria pero como local no se concibe una fase de ascenso sin él como primer espada.
A un toque es letal y no tiene la más mínima intención de ser Poulidor en los partidos decisivos. Migue Montes. Gol de ascenso. Repetimos.
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