Samuel Armijo "Elementos discordantes"
Samuel Armijo // @DesdeLaBarrera
Fíjense en la fotografía. En el centro, Migue Montes acaba de anotar el primero de la tarde al Guadix. En la imagen no se advierte pero se adivina la aparición del capitán Higinio lanzando un gesto de rabia al aire.
A este lado, Pastor captura el momento y en el otro extremo algún compañero busca el ángulo opuesto. En la parte inferior derecha dos chavales encargados de las pelotas se acercan a Migue. No lo hacen muy rápido, tal vez algo temerosos de tener a unos metros a ellos mismos dentro de 20 años. Al niño de la izquierda es obvio que le sobran más de tres tallas de camiseta y su amigo imita la celebración del delantero centro de su Real Jaén.
Al frente de la imagen, decenas de asientos sin público. Y digo sin público y no vacíos porque aun, viendo esto, se nos viene a la mente los días de gloria con el graderío repleto.
La cinta que separa a la hipotética afición rival nos argumenta que la primera mitad se está jugando con viento de San Lucas. Curiosamente, la soledad de la zona contrasta con el anuncio de un conocido centro comercial de la capital que uno imagina casi siempre lleno.
Aunque en la fotografía sólo aparezcan cuatro personas se percibe el griterío de muchos más. Igual algunas fotos hablen. Yo diría que nos están cantando "gooool, ya está bien hombre o pero como nos han podido llegar taaanto...".
Y en el centro, Montes. Brazo derecho arriba, mano izquierda abajo señalando al personal.
Acaba de liberar a su equipo marcando el primero. El tanto es de pillo y de alguien que ha estado en esa situación mil veces. Conoce el automatismo del centro lateral, ataca el primer palo y se adelanta a todo y a todos. Al final el centro de Higinio no es un centro, es un pase porque la pelota llega al jugador más cercano de los 22 a la jugada.
Migue marca y mira al fondo, muchos le aclaman y tal vez no percibe que en la imagen hay miles de elementos que completan la secuencia y se resumen en una imagen. Elementos tangibles y lógicos para la instantánea pero también, otros adivinables y propios de cada percepción. Los elementos discordantes.
Fíjense en la fotografía. En el centro, Migue Montes acaba de anotar el primero de la tarde al Guadix. En la imagen no se advierte pero se adivina la aparición del capitán Higinio lanzando un gesto de rabia al aire.
A este lado, Pastor captura el momento y en el otro extremo algún compañero busca el ángulo opuesto. En la parte inferior derecha dos chavales encargados de las pelotas se acercan a Migue. No lo hacen muy rápido, tal vez algo temerosos de tener a unos metros a ellos mismos dentro de 20 años. Al niño de la izquierda es obvio que le sobran más de tres tallas de camiseta y su amigo imita la celebración del delantero centro de su Real Jaén.
Al frente de la imagen, decenas de asientos sin público. Y digo sin público y no vacíos porque aun, viendo esto, se nos viene a la mente los días de gloria con el graderío repleto.
La cinta que separa a la hipotética afición rival nos argumenta que la primera mitad se está jugando con viento de San Lucas. Curiosamente, la soledad de la zona contrasta con el anuncio de un conocido centro comercial de la capital que uno imagina casi siempre lleno.
Aunque en la fotografía sólo aparezcan cuatro personas se percibe el griterío de muchos más. Igual algunas fotos hablen. Yo diría que nos están cantando "gooool, ya está bien hombre o pero como nos han podido llegar taaanto...".
Y en el centro, Montes. Brazo derecho arriba, mano izquierda abajo señalando al personal.
Acaba de liberar a su equipo marcando el primero. El tanto es de pillo y de alguien que ha estado en esa situación mil veces. Conoce el automatismo del centro lateral, ataca el primer palo y se adelanta a todo y a todos. Al final el centro de Higinio no es un centro, es un pase porque la pelota llega al jugador más cercano de los 22 a la jugada.
Migue marca y mira al fondo, muchos le aclaman y tal vez no percibe que en la imagen hay miles de elementos que completan la secuencia y se resumen en una imagen. Elementos tangibles y lógicos para la instantánea pero también, otros adivinables y propios de cada percepción. Los elementos discordantes.
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