Las costuras abiertas del Real Jaén
El Real Jaén volvía a La Victoria después de aplazar diferentes encuentros con motivo del Covid. Pajares, nuevo entrenador blanco, debutaba así en el campo donde ya ejerció en el cuerpo técnico de Salva Ballesta. Enfrente un Almería B que en ningún caso dio la sensación de conjunto fiero aunque sí equipo más hecho que los blancos.
Foto: Mario Pastor
Pajares disponía un 1-4-4-2 con Espinosa y Cambil en la media, Montiel por el costado derecho y Julio de Dios por el izquierdo. En punta dos delanteros menos combinativos que rematadores Carlos Fernández y Migue Montes si bien este último intentaba enlazar mucho más el juego viniendo a recibir a la parte central.
El equipo almeriense se hacía con el dominio del partido llevando la pauta con la pelota mientras el RJ se sentía cómodo en el papel pasivo bien por iniciativa propia o por falta de herramientas para sentirse protagonista del choque. Los problemas para los blancos comenzaban en la falta de presión a los centrocampistas rivales que recibían muy cómodos para dar continuidad a cada jugada y generar peligro en el área rival con una facilidad pasmosa. Siles desnudó Fran Moreno una y otra vez hasta que lo expulsó.
Las dificultades defensivas del cuadro de Pajares se unían a las de creación. Juanma y Cambil se sostienen en el doble pivote pero necesitan del juego que le intuimos a Julio de Dios. Si bien Montiel es mucho más percutor por derecha, de Dios se viene una y otra vez por dentro para enlazar con sus compañeros aunque, visto lo visto el domingo, no lo suficiente. Sus colegas han de buscarlo hasta la saciedad en cada ataque para que sea el protagonista de las operaciones. Así ocurrió en el gol del empate momentáneo del RJ. De Dios encontró espacio por dentro y dio profundidad a la jugada para la llegada de Fran Moreno hasta línea de fondo, su pelota colgada y tras algunos balones rechazados supuso el gol Montes.
Está claro que el equipo blanco ha de abusar de Julio de Dios como también de las llegadas por banda de los laterales. Si se apuesta por dos delanteros como Montes y Carlos Fernández no pueden vivir de un par de balones colgados desde los costados. La baza debe ser esa. Montiel y de Dios venir por dentro para generar superioridad en la media y habilitar espacios para las subidas de Torres por derecha y Moreno por izquierda. Eso, en la teoría porque en la práctica ambos laterales aún no han demostrado alcanzar nivel Real Jaén.
La sensación generalizada de todo el equipo es que responde a una inmadurez preocupante, un bloque poco hecho, desquiciado e impotente en el que los automatismos, por razones obvias, no están interiorizados. En un equipo “normal” este mes de diciembre ya trae consigo los primero frutos del trabajo del verano. El RJ sólo ha jugado algo más de la mitad de partidos, media alineación titular es nueva y el entrenador acaba de llegar al club. Otra vez en pretemporada en Navidad.
Y es que a perro flaco todo son pulgas. Con el 1-2 en el marcador bien pudo cobrar el colegiado un posible penalti a favor de los blancos aunque mal haría el club de la capital en quedarse con eso y no con los dos errores defensivos gravísimos que supusieron sendos tantos visitantes. La endeblez en la parte trasera es más que alarmante y la poca capacidad de reacción de Pajares no ayuda demasiado. Desde la expulsión de Fran Moreno (70`) hasta que entra Branco al campo (78`) pasan ocho minutos en los que el desconcierto es total. Julio de Dios no sabía si ocupar el lateral izquierdo o quedarse y Adolfo no estaba seguro si salir al paso de Siles algo que el Almería pudo aprovechar y romper el marcador de estar más vivo en esa situación. Tras ello el RJ se recompondría con tres centrales, método que igual podría servirle para el futuro arropándose con más jugadores en línea defensiva.
El Real Jaén ha disputado cinco encuentros de Liga, ha perdido cuatro y no ha ganado ninguno, el fondo armario parece escaso y lo poco esperanzador es una media de buen pie y hombres con gol arriba aunque todo eso podría adivinarse en un equipo muy engrasado con mucho trabajo por delante. Lo que está por ver es si hay tiempo.
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