El proyecto MR

Samuel Armijo // @desdelabarrera

A finales de la temporada 2016-17 llegaba al Real Jaén Tomás Membrado entre la aprobación de toda la afición del equipo blanco. Aún quedaba alguna esperanza de mantenerse en 2ªB pero la llegada del empresario sólo pudo certificar el descenso de categoría. Nadie culpaba a Membrado puesto que el equipo ya venía a la deriva desde mucho antes pero lo primero que hizo en el micrófono de Onda Jaén es anunciar la creación de un equipo femenino.

La siguiente campaña comenzaba de una manera lógica con gente de la provincia y un director deportivo  y un entrenador de la capital. Membrado estaba rodeado de gente de confianza pero pronto salieron del proyecto los Quesada, primer desencuentro que encendía la luz de la sospecha en la gestión. Llegó Ballesta con su equipo de comunicación, salió Valenciano y se fichó medio equipo para reforzar una plantilla que necesitaba un gran empujón para encontrar el camino. Se fue Ballesta junto a su director deportivo Rubén Andrés sin saber aún por qué y García Tébar se hizo con las riendas del equipo en medio del desastre absoluto con la expulsión de Jonathan Rivera, único pivote de la plantilla. De mediocentros acabaron esa temporada Pico –delantero- y Ezequiel -un central sub23-.

Tras la derrota ante el Socuéllamos  se fiaba el destino de la entidad a Germán Crespo, un auténtico desconocido al que se le brindaba confianza en forma de contrato de dos años más uno y la dirección deportiva. Crespo pidió el despido de Higinio y Montes y llevó al equipo al liderato destacado del grupo IX. En fase de ascenso ante El Ferrol sólo se compitió un tiempo de cuatro y frente al Algeciras el equipo no compareció.

Esta campaña comenzó con el intento de empujar a Crespo a la marcha voluntaria, algo que no cuajó, y se tuvo que despedir al técnico perdiendo entretanto un tiempo maravilloso para gestionar la plantilla del tercer proyecto en Tercera. Parecía que la base de un conjunto campeón con algún retoque muy necesario podía afrontar el reto de ascender pero nada parecido. Choco, el mejor de la temporada, fuera y como él casi el 90% del plantel. Equipo nuevo y entrenador nuevo.

La afición tenía consciencia de un bloque menos numeroso en cantidad y calidad pero con la mano de un entrenador con capacidad y con la posibilidad de traer antes de enero a alguien en la parte delantera que se uniera a la tremenda dependencia goleadora de Fran Hernández parecía que podría funcionar. 

Pues cuando algo parecía estable y con un once casi siempre tipo, el presidente despide a Vela, Martín y Hernández. Los dos primero no habían dado la talla pero sorprendía la marcha de este último independientemente de una personalidad subida a una noria. Si la plantilla estaba corta de gol con Fran fuera…

Razones económicas se dijo y se desmintió poco después y lo que se presentaba como una oportunidad el mercado de invierno se convirtió en la ventana del desmantelamiento del bloque. Salieron Mauro, Lobato, Monti y Marcelo y se trajo a otro director deportivo –el cuarto- en mitad de temporada. El técnico también salió y se fichó a Bernardo Plaza, segundo entrenador en Jerez, y pocos días después a Jaime Pérez –el octavo entrenador de la era Membrado y Rodríguez-.

En estas se contrata a Juan Carlos Hidalgo para servir de escudo ante la afición en medio de numerosos portavoces –Manuel Quesada, Miguel Segovia- y más responsables de comunicación. El proyecto del aceite dejó paso al verde y el equipo femenino al del fútbol sala.

La ampliación de capital abrió el camino a la segunda y los acreedores aparecen y desaparecen en el plazo de una semana con un presidente que le ha dicho a su afición que no pinta nada en una SAD y que no viaje para arropar a su equipo.

La gestión Membrado-Rodríguez ha conseguido colmar de hartazgo a la afición que, incluso, se abronca entre ella en la fractura social más importante que nadie recuerda. La gestión MR ha conseguido provocar la mayor crisis institucional con innumerables consejeros huidos por la ventana y con un presidente que se ha querido quedar solo. Andrés Rodríguez pide para él lo que él no hizo con su mentor, venir con un proyecto serio en forma de avales y billetes que limpie con todo lo anterior. Siempre insinuó que el primer día del juicio final solventaría la parte económica correspondiente, eso si no hace efectiva su idea de marcharse como ha deslizado últimamente aunque parece una maniobra más para ganar lo que le va quedando menos, tiempo.

Un presidente que envuelve todo lo sombrío y oscuro que puede completar una gestión. En alguna ocasión en la radio ha dicho que la afición del Real Jaén no sabe lo que perdió con la marcha de Membrado, un empresario serio y con capacidad económica que daba un paso al costado por problemas familiares, y semanas más tarde afirmaba que entre ellos existía un acuerdo por el que el primero le tenía que ceder el club al segundo. Incomprensible. Cuando gusta el club es un sentimiento y cuando no es una SAD y se sigue mirando a Primera entre campos de golf y sospechas permanentes en la capacidad de algunos jugadores.

Por último,  la gestión MR ha conseguido que el Real Jaén, por tercera temporada consecutiva en Tercera, no sea capaz de conformar una plantilla competitiva para estar entre los aspirantes a la fase de ascenso. Casi 100 jugadores han sido contratados en los mayores disparates deportivos que se recuerdan en la ciudad. Paradójicamente la única campaña en la que se dejó trabajar y se usó un solo técnico el equipo se clasificó como primero de grupo de forma sobrada aunque después no estuviera capacitado para competir ante iguales. Lo que ha conseguido la gestión MR es situar en el mayor de los limbos futbolísticos a una ciudad histórica y futbolera que se frota los ojos al ver como no se le gana al Torreperogil o se supera pidiendo la hora a Porcuna o Huetor Vega, todos pueblos que podrían ser barrios de Jaén. Las crisis institucionales y sociales son importantes pero las deportivas acentúan las dos primeras y, en parte, intuyo que son causa de mayor irritación para el abonado del Real Jaén. 

Este es el proyecto MR. Esto, ahora mismo, es el Real Jaén.