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“¿Cortizo? Fue un gran jugador y un hombre de empresa”

Samuel Armijo // @desdelabarrera      


Antonio Lucas Mohedano (Belmez, 1943) fue maestro de escuela, concejal de ayuntamiento y el 35º presidente de la historia del Real Jaén. Su mandato quedó marcado por 27 viajes a Madrid  para que su club no jugara en los campos de regional. Precedió en el cargo a Cortizo con el que tuvo una intensa amistad.  Inauguró el nuevo estadio de la Victoria con un fontanero y un electricista en cada mano y nadie puede engañarle con la recaudación de una taquilla. No necesita preguntas para dialogar durante horas y acompaña su discurso de un pequeño manuscrito con la cronología de la entidad. Fue cordobés antes que el torero y se apoyó en el “pequeñito culé” Núñez para convencer a Samper que aceptara un cheque de 16 millones. Lucas Mohedano se toma un café desdelabarrera en clave presidencial.


Samuel Armijo   Ha muerto Cortizo.
Una pena. Fue un gran futbolista y después, un hombre de empresa. Un día, después de todo, me dijo que, igual, no me trataron todo lo bien que merecía porque cada miembro de la directiva era de una manera diferente. En 2001 me llamaron del diario de Heraldo para un homenaje.  Se quedó en Jaén, se tomaba su vino diario con marisco, vivía bien hasta cuatro años antes de fallecer.

Compartió muchos momentos junto a él pero usted llegó mucho antes a Jaén.
Llegué con 13 años un san Lucas del 56 con el Real Jaén en primera división. Mi padre era cocinero en Maristas  y pronto comenzó mi relación con el fútbol. Jugué de central, de cinco, porque tenía algo de talento para sacar la pelota.  Formé parte de la peña de los 13, me llamaban “el cordobés” y puedo decir que lo fui antes que el torero (risas). Dormía con la ropa de futbolista puesta, mi madre le decía a mi padre que estaba en la escuela en alguna clase y en realidad estaba en Tomelloso o en cualquier pueblo porque salíamos a jugar fuera de la provincia. Siendo juveniles, los jueves, entrenábamos con el primer equipo y delante teníamos a nuestros ídolos, Arregui, por ejemplo. Nos trataban con un cariño…estábamos más en la Victoria que en nuestra casa. Además del fútbol, jugábamos al frontón, al balonmano, era un complejo que jamás tuvo que desaparecer.

Ese traslado lo vio usted desde el consistorio.
Sí, un día me preguntaron que dónde llevaría yo el campo y contesté que donde estaba y en todo caso a la zona norte pero nunca donde lo llevaron. Menudo penalti le colaron a Alfonso (alcalde), era una tierra sin fundamento pero Zarrías le dijo “ya tengo terreno para ti” y ahí lo hicieron con la foto previa de ambos jugando al futbolín donde se construiría más tarde. Quién me iba a decir a mí que el día de la inauguración estaría como alcalde en funciones porque todas las segundas quincenas de agosto el alcalde se quitaba del medio porque o ardían árboles o se inundaba el río y ahí estaba yo. La Junta quería inaugurarlo ya pero no estaba en condiciones, me llevé a un fontanero y un electricista por si fallaba algo que pudieran hacer algo….. (Aparece López Carmona, se dan un fuerte abrazo y se une a la conversación)  bajaba al túnel y por las escaleras no entraba un tío de hoy en día y cada vestuario parecía de baloncesto porque no cabían más de cinco o seis. Antes de empezar el partido (3-1 frente a El Ejido) me avisa Lendinez y me dice que no hay perchas para dejar la ropa. Tuve que mandar a Pipi a El Corte Inglés y que mi amigo, gerente entonces, le llenara la furgoneta. El estadio no es bonito, no está bien hecho, el proyecto en condiciones era el de Juan Bueno pero que te digo lo mismo del principio: el sitio era donde estaba pero, moderno. El 80% de la gente íbamos andando y además, ¡si entraba perfectamente el campo y el centro comercial!

Eso lo vivió como concejal pero antes fue presidente de su equipo.
Habíamos bajado a tercera, yo era vocal de los juveniles de los llamados 7 magníficos y un día me llama Amadeo Pérez y me dice “el feeling entre ellos se ha roto, tienes que quedarte tú como presidente”. Yo le dije que por mi equipo y mi ciudad lo que sea y así me convertí en presidente. La afición también lo quiso de esta manera y en junio del 86 hablo con todas las instituciones porque debíamos 16 millones de pesetas a los jugadores y nos querían descender a regional. En diputación me dijeron “si te doy a ti viene el Linares detrás” y tuvimos la suerte de la apertura del banco de Fomento y nos dio un cheque con los 16 kilos.
Ahora el problema era con la Liga porque nos decían que presentábamos el dinero fuera de plazo. Estuvimos 27 días subiendo a Madrid, Enrique Delgado y yo, íbamos de madrugada a por pescado para el negocio de Enrique y después a la Liga y a la Afe. Ambos se echaban el muerto el uno al otro, un día, antes de una reunión de los equipos de primera, nos dice el representante del Betis “no os preocupéis que yo os echo un cable dentro” y pusimos la oreja y dijo que los equipos chicos queríamos ser como los grandes. Cuando salió, Enrique se lo iba a comer. Otro día llegué con el Marca del día anterior y del presente y le dije a Antonio Miró, secretario de la Liga y miembro del RCD Español, “¿cómo has pagado estos 90 millones que debías ayer y hoy ya no debes?” Me dijo que el RJ estaría donde merecía estar y eso me enfureció “si no conoce la historia de este club no merece estar donde está”. En fin que ya no sabíamos que hacer para que Samper nos aceptara el cheque, que estaba más doblado que….Toda España conocía nuestro caso ya, Joaquín Durán, al que habría que hacer un monumento aquí, nos llevó a Ser Madrid y metió a Ramón Mendoza, presidente del Real Madrid, y nos defendió y la clave estuvo en el apoyo de Núñez, ¨presi¨ del Barsa, que le dijo a Samper “lo que te están diciendo es verdad, no puedes bajar a un equipo que va a pagar” y rectificó, aceptó nuestro recurso y nos quedamos en tercera. Calvo Sotelo y Lorca también se beneficiaron y el Alavés casi, porque me llamaron pero ya no les podíamos meter en el documento. Bajamos a Jaén tan contentos y con casi tres millones de pesetas que nos dieron de la deuda porque llevamos de sobra para que no pudieran acogerse a nada.
Después de todo aquello me hice muy amigo de Samper, después de amenazarlo con autobuses llenos desde Jaén incluso, pero más tarde me confesó que desde el minuto uno sabía que tendría que ceder porque íbamos con el dinero por delante.

Y comienza la temporada en tercera.
 Sí. Hace poco me preguntaba Membrado que cómo se hace un equipo en tercera y la verdad es que trajimos a jugadores y otros que ya estaban como Higinio, Barroso, el hermano de Anquela, Escribano…que les fui sincero y les dije “no se cuando cobrareis”. Nuestro equipo era cantera, cantera y cantera. El Córdoba nos cedió a Hueso, que marcó 23 goles y Haro quería ser el entrenador pero no tenía el carnet así que firmamos a Lucena. Pensamos que entre él y la ayuda de algunos veteranos la cosa saldría pero un día el míster le dijo a Higinio en el campo “subeee, bajaaa…” y Vilches, veterano y habiendo estado en primera, le contestó “¿Qué te crees que soy una persiana?” y tuvieron un enfrentamiento. Nos reunimos los tres y Lucena dio un paso atrás pero no podía permitir esa falta con nuestro mejor jugador y lo destituí, me lo puso muy fácil.
Llegó el momento de Tartilán, ganamos en Villanueva del Arzobispo 2-5 y cerramos el acuerdo en Villacarrillo porque él venía de Madrid. Contreras me metió a empujones en la Cope para que diese la noticia y en el cogote tenía a Antonio Oliver que había estado detrás del asunto todo el tiempo. Recuerdo el primer día que Juan Manuel entró al vestuario, vio a un jugador en chanclas y le dijo “póngase botas de fútbol y quítese eso”.
En enero, tenía tanta presión de todos que decidí dimitir porque yo había venido a ayudar y Cortizo se quedó como presidente. Esa noche los futbolistas dijeron “jugamos con Antonio gratis” pero ya no podía más. Salí de la directiva y, aunque quedé como amigo de todos, me aparté del club. Joaquín se quedó a cargo de la entidad, era frío pero cuando veía que un jugador merecía cobrar más porque era muy bueno, se lo daba. Y si venía algún granujilla que quería aprovecharse se lo decía a la cara. Después fue consejero de la caja provincial de Jaén y la vida del RJ continuó.




Y usted como presidente, ¿qué parte de responsabilidad tiene de la actual deuda?
En 2001 el Ayuntamiento averigua 300 millones de pesetas para la sociedad anónima deportiva y el club se queda a cero y en 17 años se genera lo que se ha generado. En el juicio de Teruel, que pedía  300.000 euros a Carlos Sánchez le dije ¡si tú no has puesto ni un duro!.



¿Ha sido Teruel el peor presidente de la historia de la entidad?
En lo económico sí. ¿Cómo se puede dejar un millón en un lugar solitario al lado del cementerio? En ese juicio dijeron que los cajones habían desaparecido. Se hicieron cosas muy raras, yo sé la gente que entra en el estadio viejo de la Victoria y las taquillas que se hacen y cuando me dicen que en un partido reciente, en el nuevo campo, se hacen 7 millones me echo a reír. Y en el palco no había ni uno de Jaén, venía gente de la provincia, de la diputación, compromisos suyos. No hubo ni concierto ni orden y no puedes tener muchos tíos cobrando 15 kilos, puedes tener dos.
Antes de las SAD el fútbol nos costaba el dinero a los presidentes y después ha sido al revés. En Jaén hubo gente que vendió olivos para darle el dinero al club, como te lo digo, para que el equipo no muriese y ahora no podía desaparecer, hemos estado enterrados mucho tiempo, como en el 86, pero nunca muertos.

Y la idea de Membrado, ¿qué le parece?
No lo conocía pero me parece un hombre inteligente y ha sido valiente. Hace 15 años propuse que 5 céntimos de cada litro de aceite fueran destinados al deporte y en consecuencia al Real Jaén para llevar en su pecho “la tierra del aceite”. Este producto debe ser el principal motor del club, yo si fuera presidente hablaría con Valeo y les diría aquí estamos, con empresas que quieran esto y tengan disponibilidad porque decirle a alguien que compre acciones del Real Jaén es duro.
Si el campo estuviera en  una zona comercial se tendrían ingresos fijos, aquí siempre se traían en verano fichajes ilusionantes y en octubre ya estábamos detrás de los bancos y esto debe cambiar. Hay que buscar empresas y aunque tengamos que estar 5 años en tercera, lo estaremos pero no podemos deber eternamente. Y aunque parezca reiterativo, hay mirar a la cantera. No podemos llamar a un tío de Amorebieta antes que de Siles.

Gracias Antonio.
Gracias por vuestra labor porque tiene mérito que gente joven mire al pasado con respeto.

Bueno, no se crea que soy tan joven ya. Un placer.

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