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David Ordóñez "No debemos creernos mejor que nadie, pero tampoco peores"

David Ordóñez  // @davidogs                             El fútbol es un estado de ánimo. 

Valdano dijo de manera acertada que “el fútbol es un estado de ánimo” y no le faltaba razón. Hablar del Real Jaén hace tan solo unas semanas era sinónimo de desilusión, pesimismo y derrota moral. Sin embargo, la balanza no solo se ha equilibrado, sino que se ha decantado por el lado de la esperanza y el optimismo. Más de 1700 sufridores y sufridoras ya han dado el sí quiero a este equipo que algunos daban por desahuciado hasta hace bien poco. Un equipo que bajó de manera lastimosa a la Tercera División del fútbol por méritos propios en una temporada para olvidar. Nadie de los que estábamos el día del Extremadura hubiésemos apostado por tener esta cifra de abonados a esta fecha. Es más, muchos (aunque nos amargase la idea) veíamos que todo se iba al traste y que, quizá, el 95 aniversario no lo celebraríamos.

Pero todo eso ya pasó, es 27 de julio y aquí estamos, hablando de fútbol y del Real Jaén con las miras puestas hacia arriba y una plantilla que, poco a poco, ha ido confeccionándose con una mezcla de veteranía, juventud y casta más que necesaria en esta categoría en la que el buen juego significa ganar 0-1 en casa del Huétor Tájar. Aún falta pegada en la primera línea de ataque, aunque no debemos olvidar que Joserra puede tener la oportunidad deseada en esta categoría. A mi juicio, ha sido un acierto apostar por jugadores contrastados en defensa como Poblaciones, Fragoso, Ramón, Peces e Higinio quien, cual hijo pródigo, vuelve más tarde de lo que debiera a su casa para aportar quizá el liderazgo que el vestuario necesita. Y es que a casa, vuelven muchos, como los arqueros que defenderán la portería esta temporada o el propio Valenciano que, a pesar de su juventud y de la achacada inexperiencia, está imprimiendo su propio carácter en esta plantilla con jugadores que lo han sido de su confianza y con los que espera repetir gesta. 

Particularmente, me gusta que la segunda línea de ataque se haya configurado con jugadores como Pico, Copete o Armero con una clara vocación ofensiva que pueden darnos goles a balón parado o en segunda jugada y que van a ser tan importantes como los que pueda meter nuestro nuevo y, por el momento, desconocido 9.

Por lo que leo en redes sociales y hablo en la calle, somos muchos los que nos sentimos muy entusiasmados por competir en una categoría que otrora nos parecía muy lejana, pero que nos acogerá, al menos esta temporada. Hemos de ser humildes y realistas. No pensemos que solo porque el Real Jaén se llame así, ya se van a ganar los partidos. Habrá que ponerse el mono y como dice nuestro querido Sergio, coger “pico y pala” para sacar partidos que se nos pueden poner muy cuesta arriba. No debemos creernos mejor que nadie, pero tampoco peores. Sabemos que es una división complicada, pero no es imposible salir de ahí. El objetivo es ascender, el juego del equipo determinará si será en esta temporada (ojalá) o en venideras. 

Para finalizar, quiero dar mi voto de confianza a esta junta directiva que ha sido la que, fundamentalmente, gracias al trabajo, dedicación, y a la ilusión con la que han impregnado todo, han conseguido que volvamos a soñar con tardes de fútbol en las que podamos disfrutar con los goles y el juego de nuestro equipo. Y más que todo eso, han conseguido que pensemos en un futuro halagüeño para el Real Jaén. Me gusta que quieran construir una imagen de simpatía hacia nuestro club, no solo dentro de la ciudad y la provincia, sino también fuera de ella. En épocas pasadas se derribaron muchos puentes de amistad que ahora debemos recobrar en campos humildes a los que debemos ir a competir con el mayor de los respetos. 

Lo dicho: Trabajo, humildad, realismo y respeto. La afición está respondiendo, la directiva por el momento, también. Ya solo queda que empiece a rodar el balón. Ya huele a fútbol en la ciudad.

                             

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