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Las bondades del llegador

Samuel Armijo // @desdelabarrera

En la década de los 90 si alguien escenificaba la figura de llegador de área ese era Fernando Gómez Colomer del Valencia CF, ese jugador con apariencia de futbolista antiguo  que dominaba la segunda línea como pocos en esa época. Sus virtudes pasaban por conquistar terrenos pantanosos desde la clandestinidad, la aparición por sorpresa y la ocupación de espacios que pocos podían advertir. Era un jugador que nunca estaba y siempre llegaba, olía la sangre como nadie y cerraba cada temporada con un número importante de goles que ayudaba a su equipo a estar casi siempre en posiciones europeas. 

El llegador es una figura en el fútbol que, como casi todas las posiciones de antaño, se pierde en los tiempos de hoy pero que adquiere una importancia vital en el juego si se apuesta de forma decidida. 

Si hablamos de Fran Hernández igual no tenemos en mente de manera limpia tal figura que bien podría asemejarse si sus entrenadores quisieran sacar partido a sus bondades como goleador y como hombre de último pase. En el partido del Real Jaén frente al Poli Almería, Pajares y el propio Fran se empeñaron en que el granadino le quitara el balón del pie a Adolfo en cada salida de balón sobre todo en los primero 45 minutos antes de que el combustible se le agotara al centrocampista blanco. Las inquietudes de Fran por protagonizar cada acción de su equipo desconciertan  no sólo a los rivales sino también a los propios compañeros que no saben por dónde aparecerá esta vez ni en qué zona del campo reclamará la pelota. Pajares ordena a Cambil y sobre todo a Juanma que cojan mucha altura para que sea Fran el que inicie jugada lo que le aleja del área rival y expone sus permanentes deseos de añadir folklore en cada intento de pase a sus compañeros. 

Sorprende que Pajares no use más para estas funciones a Cambil y Juanma, jugadores de buen pie y que parecen mucho más fiables para un primer pase de trámite en la zona medular. Esto si lo modificó el técnico en la segunda mitad metiendo a Cambil casi en el lateral derecho y dejando a Paco Torres casi de extremo en el inicio de jugada. 

Y lo que se intenta ganar por abajo se pierde por arriba. Fran Hernández tuvo tres intervenciones antes de su gol que avalan la teoría que exponemos. Dos tiros tras balones caídos en segunda jugada desde la frontal y sobre todo un balón de gol filtrado a Carlos Fernández tras robo que no fue tal porque Carlos no quiso. El que sí se convirtió en el primero del mediodía fue un lanzamiento en el límite de tiempo con un golpeo soberbio que arregló el amague previo. Resumen de la actuación de Fran en la primera mitad: dudas generadas a Adolfo que se vio obligado a conducir varias veces la pelota en la parte trasera y una asistencia de gol que no fue y un tanto maravilloso en la parte delantera. Juzguen ustedes donde sería más relevante Hernández.  

El partido en general nos dejó un flojísimo y decepcionante Poli Almería y un RJ que pudo golear en los primeros 45 minutos. Pudo y debió golear. El marcador tras el descanso sólo reflejaba un tanto de distancia pero no ponía encima de la mesa la realidad vivida. La segunda parte, como casi todas en La Victoria, nos dejaron más dudas sobre el control del partido del equipo de Pajares que pudo recibir el empate después de que Fran comprometiera a Adolfo. De la Calzada sólo paró una en el partido pero pudo valer un triunfo, esa acción era de gol. Justo después llegaría el segundo tanto de Cambil que cerraba prácticamente el choque. Tras el gol el cambio de Juanma, que tenía tarjeta, y el consiguiente desgobierno del centro del campo. Ni Cambil, ni Julio de Dios, ni Neskes supieron seguir manteniendo la superioridad en la media mientras Fran y Juan Carlos seguían con sus ¨juegos¨arriba. Que poca fe defensiva le tendrá Pajares a este último que mantuvo a Carlos Fernández tirado en la izquierda aun cuando Migue Montes ya había sido sustituido. 

En todo ello debe insistir el técnico blanco, construir un equipo más fiable defensivamente que no reciba ocasiones de la nada y gobernar las segundas partes mostrando quien es el protagonista en La Victoria más cuando a partir de la hora de choque los rivales acusan físicamente la amplitud del terreno y no acuden a las ayudas con la misma facilidad. 

Hace unos días le leía a Migue Montes algo sobre los tiempos de recuperación de una lesión, la razón le asistía cuando argumentaba que no es fácil tener el alta competitiva y ser el jugador que se espera al instante. Nos sirve la nota para hablar también de los tiempos de adaptación de un equipo con su nuevo entrenador. No podemos esperar que un técnico llegue y al siguiente domingo ya tenga todos los automatismos engrasados y los jugadores conecten como por arte de magia. Todo eso requiere tiempo  y ese trabajo que aún falta se intuye que se aliará con el talento de mediocampo hacia arriba que tiene este equipo. 

Mientras tanto y llega todo ello bien haría Pajares en pulir lo que sí funciona y sacar rédito de perfiles que abren partidos y sacan puntos. Fran Hernández, un futbolista demasiado innovador en terreno propio pero un jugador tremendamente necesario en área contraria. Alejarlo del juego y acercarlo al gol para ya de paso colaborar con que no se extinga la figura del llegador.


Foto: Iván Ballesteros


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