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Néstor "¿El Real Jaén actual? si yo jugara ahora me saldría"

Samuel Armijo // @DesdelaBarrera  Néstor Porfirio García Villalba (Guarambaré, Paraguay 1947) fue lateral derecho y central del Real Jaén en la década de las setenta. Sus primeras carreras, bordeando la mayoría de edad, las dio en campos como Maracaná delante de Pelé y Garrincha. Siempre tuvo claro que tan importante era el fútbol como el dinero que ganaría lejos de su país y su familia. Su estatua no se mira al espejo de un melenudo pero fino estilista y reconoce que fue todo un logro coincidir en el césped con sus cromos de niño. Contemporáneo a grandes toreros, compartió tardes de tertulia de pelotas, cuernos y campos de barro. Jubilado desde hace un año, no baja a La Victoria pero sí a su inseparable perrito por las calles de la ciudad que acabó por conquistarle. Néstor, para CanalLagarto, baja al ruedo para tomarse su café desdelabarrera.



Samuel Armijo  La entrevista   ¿Qué recuerda de su infancia paraguaya?


Fue una época diferente a la de cualquier niño porque con siete años firmé por el River Plate de mi país. El club me pagaba la escuela, me daba de comer, estaba todo el día allí, practicamente tenía vida de un profesional. Con diez años jugaba el campeonato de reservas y con quince debuté en Primera División. La temporada siguiente ya entraba regularmente en el equipo, incluso me proclamé campeón sub17 sudamericano contra Argentina. 
Yo era lateral derecho y en esa posición se lesionó el titular de la selección absoluta y me convocaron para jugar en Maracaná contra la Brasil de Pelé y contra los argentinos en la cancha de Newell´s en Rosario. Apenas jugué tres minutos pero si me ves en la banda atándome los cordones...me temblaba todo. Estaba deseando que no se lastimara nadie para no entrar, ¡es que era un crío! pero entré y me tocó cubrir esos tres minutos a Garrincha. En los entrenos sorprendía a mis compañeros que decían "no veas como juega el niño este" y entrada duro ¿eh? pero, claro, Maracaná eran palabras mayores.


Y se viene a España.


Sí. Un amigo vino a Pontevedra a veranear y coincidió con el presidente, que le pidió a alguien bueno y que no cobrara mucho y así recalé en España. Yo tenía claro que tenía que salir de mi país para ganar dinero porque allí tenías que trabajar además del fútbol. Me costó mucho dejar a mi familia pero mi ambición era triunfar y poderles dar una mejor vida y así fue, les compré una casa a mis padres y vivieron mejor. En Pontevedra estuve tres años, uno en Primera y dos en Segunda pero los campos siempre estaban embarrados y me lesionaba mucho, así que firmé por el Salamanca. Fuimos en un pack, Aguinaga, Pita, Neme y yo. Menudo ambiente había allí de fútbol, una gran afición y una ciudad espectacular. 



Y allí comienza su gusto por la Tauromaquia.


Gracias a Julio Robles , gran amigo, y otros toreros como El Viti o El Niño de la Capea. Un día, celebrando un cumpleaños de Julio, salté al ruedo en una capea, me escurrí y la vaquilla me dio una paliza...Al día siguiente no pude entrenar. Eran muy buena gente, en realidad los famosos son como nosotros sólo que no puedes vivir a su nivel.
Yo no me hubiera ido de Salamanca pero me enfrenté a García Traid, técnico por entonces, que le dijo al presidente que él o yo y me tuve que marchar a Murcia. 


Murcia en Primera y después Jaén. Me decía Vica que cuando le vio por primera vez se echó mano a la cartera.


(Risas) Es que tenía una buena melena. Me trajo Juande, responsable deportivo de la época. 
Recuerdo cuando vine que paré en la gasolinera de La Yuca y le dije al empleado "¿cuánto queda para Jaén?" "es eso de ahí" me respondió. Yo estaba acostumbrado a capitales grandes y pensé "¡donde me he metido!". Pero ese dicho que afirma que a Jaén entras llorando y sales llorando es cierto. 
Esas temporadas teníamos muy buenos equipos, Monterde, Lacalle, Blas...jugadores complementarios. En la media, por ejemplo, tienes que tener gente que juegue y que no juegue, ya me entiendes. Ascendimos en Melilla.


Recuerda Machado que Sosa era muy especial.


Bueno, antes estaba Martín Vences y es cierto que Sosa nos metía unas voces...pero era buen entrenador. Otra cosa que cuenta Blas que es cierta es lo que hacía Azafrani, ponernos pesos en un chaleco. Cada entrenador era diferente y tenías que adaptarte. A mí me pedían que, en tercera, no fuera tan alegre, que diera más leña.


Viendo su estampa, por entonces, nadie diría que fuera un jugador de calidad, tenía más pinta de central duro y seco.


Es verdad pero jugué como lateral y atacaba mejor que defendía y cuando lo hice de central intentaba sacar la pelota con calidad. Sosa decía que no era un defensa contemporáneo. En mis inicios, en mi país, me ponían como marcador a aburrir al rival y el que se aburría era yo.


Es que menudos jugadorazos, en esa época.


Pues marqué a Gento, que estaba en su última etapa y ya no iba igual, a Santillana, que era como chocar con una pared, Rexach...y coincidí también con muy buenos futbolistas, Martín Esperanza por ejemplo que jugaba el tío cojo, en los mejores campos. Atocha, San Mamés...aunque el Bernabeú, sin duda, fue el mejor porque la gente apretaba mucho.


Y, ¿qué le hizo Jaén para quedarse?


Pues a los dos meses me puse novio y aquí me quedé. Cuando acabé mi etapa en el club encontré trabajo en La Carolina hasta el pasado año que me jubilé. Después quise ser entrenador pero no estaba bien pagado y lo dejé.


Mirando hacia atrás, ¿su carrera respondió a sus expectativas?


Mucha gente dice que podía haber llegado mucho más lejos pero el no tener cerca a mi familia no me benefició y, es cierto, que tuve rachas donde me abandoné pero las cosas vienen así y hay que aceptarlas. 


 Usted jugaría ahora en este Real Jaén.


¿En este Real Jaén? yo me saldría. Pero es que si pones a Monterde, igual. Por ahí no pasaba ni Dios. En Tercera, lo primero es adaptarte a los campos, por eso se han perdido tres partidos seguidos. Esas aficiones siempre esperan a los equipos grandes de la categoría. A mí me decían de todo pero estaba centrado, recuerdo en Badajoz. Todo el partido insultándome diciéndome "indio, tal..." y en un córner le digo al primer compañero que pasaba por allí  "mira lo que te dice la gente". A mí me daba igual lo que me dijeran. 


Y su Selección, ¿cómo la ve?


Dos Mundiales sin participar son demasiados pero estamos en una época en la que estamos renovando a jugadores veteranos por chavales jóvenes. Suelo escuchar por internet programas de Radio de allá y parece que la nación se vuelve a ilusionar por un equipo renovado para próximos eventos.


Terminamos. ¿Qué le desea a Jaén?


Lo mejor tanto a la ciudad como al equipo porque le gente está muy quemada y yo que me recupere de mi cadera (risas)


Gracias paraguayo.


A ti, Samuel.

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